Dos Patas para Un Pato

Bienvenidos

Somos 3 patos, mejor dicho dos patas y un pato, unidos por Internet y el amor al Arte y se nos ha ocurrido crear este blog para que cada uno escriba sobre lo que le apetezca. A ver qué sale!!!!
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DIARIO DE UNA PATA: Tania en Zaragoza


Tenía pendiente de subir una entrada al apartado de "mi diario".

Sé que voy con retraso, pero fue uno de esos encuentros que no quiero que queden en el olvido y por eso lo voy a compartir con vosotros.

El fin de semana del 17 octubre, coincidiendo con el fin de las Fiestas del Pilar, tuve una gran sorpresa. La visita de la Patita Tania.

Como su equipo de fútbol, el Cartagena, jugaba en Huesca (sólo está 70 km. de aquí) se vino a mi nido,  junto con 3 amigas cartageneras.


Por cierto, las tres guapísimas, y locas... "muuu locas".  Os las presentaré

Bermejo (la Berme) , la más mejor amiga de Tania, es morena, delgadísima, no se corta ni un pelo y está como una cabra (sí, más que yo todavía aunque a alguna le resulte increible).

Toca el cajón o la batería en el grupo Toplagio, del que no hace mucho os pusimos un videoclip.

Ahora que no “nos oye” os diré que a mí no me engañó, va de dura pero en realidad es muy sensible.

 La Berme

Verónica (la rubia) un bombón de chica, guapa, muy educada y presumida a más no poder. No sale de casa sin ponerse rimmel.  No paró de darme las gracias porque decía que habían asaltado mi casa. Pero si yo estaba encantada!!

Verónica

Y por último Virginia (la rubia pequeña) que es hermana de Verónica. Juega al fútbol federada, no tiene nunca frio y es tan cariñosa que dan ganas de cuidarla.

La Berme y Virginia
Vino con su kit de fiesta consistente en unas gafas blancas.

Son mágicas, si te las pones de da un subidón de adrenalina y no puedes parar de bailar y moverte.

Imposible resistirse a la magia de las gafas

Llegaron el viernes sobre las nueve, pero aún así fuimos a ver Zaragoza la Nuit.

 El Pilar de noche

Incluyendo la plaza del El Pilar presidida todavía por la Virgen con su manto de flores de la ofrenda del día 12.

Las chicas con las flores de la Ofrenda

Estuvimos en Independencia, donde actuaban Celtas Cortos. Que por cierto, hicieron un guiño a nuestro inolvidable Labordeta. Bailamos, cantamos y reímos.

En Independencia

Dimos una vuelta por El Tubo (zona de tapeo de Zgz) y nos metimos en un garito a tomar una cerveza. ¿Una?

Son lo más

No, una no, me liaron, me liaron y hasta tres nos tomamos.

Más..... dos chupitos de ron a los que nos invitó el camarero. Un cubano entre mezcla de Lenny Karvitx y el negro del CSI que está de untar pan y moja y que (para envidia de las cartageneras) es vecino mío.

Palabrica del niño Jesús, que no miento!!


  Hasta a él le pusimos las gafas


Madre del amor hermoso!!! Qué pedal agarramos!!

Sobre todo yo, que no bebo habitualmente. No dejamos ni títere, ni estatua con cabeza.

Llegamos a casa como pudimos porque además el cierzo soplaba esa noche pero en dirección contraria a la nuestra.

La estatua con las gafas.  Hasta ella se movía


Al día siguiente con resaca y dolor de cabeza, nos fuimos en busca de la tienda de zapatillas Munich en Zaragoza, zapatillas por las que Tania está loca y no os digo lo que cuestan porque pensaréis además que loca pero de atar.

En la tienda Munich

Paseamos por la zona, les enseñé el campo de la Romareda para cachondeo de la Berme.. que ya le valeeee!!!



De broma en una tienda del centro comercial


Y volvimos deprisa a casa donde Pollito nos había preparado unos huevos rotos con jamón que estaban de impresión.

Aquí antes de romperlos

 Para, sin hacer la digestión pero con el dolor de cabeza puesto, salir en dirección a Huesca a ver al Cartagena.
Ellas con su equipación. ¿Y yo?

Pues allí, con ellas, vestida para no desentonar con todo lo que pillé en mi armario que fuera de color blanquinegro, mis gafas de camuflaje que no me pude quitar hasta volver a casa y mis bandericas del Cartagena pintadas en la cara.


La Berme, Tania y yo

Ah, y con la consigna de que a cualquier pregunta, para que no notaran mi acento maño los oscenses, sólo podía decir: Achooooooo!!!

Que es algo que dicen los cartageneros y que equivale  al Coooooo de aquí.

¿Y por qué esta puesta en escena?

Muy sencillo, porque mi familia es de Huesca y creo que no hubieran entendido que estuviera yo allí animando al equipo visitante.

Os aseguro que tuve detrás a un primo hermano con camiseta del equipo local incluida y ni se enteró (espero que no lea esto). Además con el riesgo añadido de que el partido se televisaba y seguro que el resto de mi familia estaban viéndolo.

El resultado me dejó la conciencia tranquila:  EMPATE


La Berme tragando ganchitos durante el partido

Ya tarde regresamos a casa. Y ellas, que yo no, por supuesto, se marcharon por la zona del casco que les habíamos descubierto la noche anterior.

Allí llegaron, vieron y vencieron. Les invitaron a chupitos, a alguna hasta a cenar, montaron el numerito con sus camisetas del Cartagena y rompieron más de un corazón. Sobre todo la Berme, que según me contaron esa noche, estaba que se salía.


Así que al otro día con “el cuerpo de jota” para hacer honor al lugar se marcharon para Cartagena destrozaditas del todo.... pero felices y contentas. 

Hasta pronto, chicas!!!!


DIARIO DE UNA PATA: ¡A fumar, a la calle!


Decididamente, soy afortunada!

Aunque sé que de entrada os voy a parecer una exagerada os cuento el motivo.

Leyendo la prensa, acabo de darme cuenta de que  dejé de fumar justo “a tiempo”. Es decir, mucho antes de que llegara esta época en la que fumar, además de peligroso para la salud, no es políticamente correcto.



Tengo muy claro que si tuviera que hacerlo ahora por prohibición u obligación estaría subiéndome por las paredes.

Y no sólo por mi carácter rebelde (soy de esas a las que cuando le prohíben algo le obligan a hacerlo) sino porque reconozco abiertamente que durante el período de abstinencia lo pasé tan mal, tan mal… que no quería “más que morirme”. ¿Y el genio que gastaba? Qué digo genio...…!!. Una mala leche de récord Guiness….!!!.



Aún me recuerdo mirando a los abuelos fumando su pitillo en el parque  y pensando: “¿ves? Y se han hecho viejos… no será tan malo”.

O colocándome detrás de un fumador en el paso de peatones y esnifar el humo de su cigarrillo con tanto ímpetu que se me bajaban hasta los calcetines.

Es que para que os hagáis una idea de la situación, ya por aquel entonces (no os diré por coquetería cuánto hace jajaja) me fumaba casi tres paquetes de tabaco al día. (Que sí, una barbaridad, ya lo sé).

Era una fumadora empedernida metida en un círculo vicioso como un ratón en su rueda.



Fumaba sobre todo si me ponía nerviosa, pero si no fumaba me ponía nerviosa también y por lo tanto …. fumaba.

Hasta tal punto de que a veces iba a dejar el cigarrillo en el cenicero y había otro ocupando su sitio.

En otra ocasión, por mi manía de ponerme los bolis al “estilo albañil”, me dejé por error el cigarrillo encendido en la oreja mientras llevaba mi Bic azul a la boca. No imagináis lo que duele eso!!!  (El Boli noooooooo…, el cigarrillo).



Incluso como me negaba a responder “SÍ” a la pregunta "¿Fumas en ayudas?" (ya que se consideraba un síntoma del fumador sin solución) siempre viajaba con un paquete de galletas María. Así al levantarme me comía una y rápidamente me encendía un cigarro.

“Nooo… ¿yo en ayunas? Nunca”

Había hecho ya 2 ó 3 intentos antes sin mucho convencimiento pero ocurrió un acontecimiento, mejor dicho dos, que me hicieron tomar una de las decisiones más importantes de mi vida:

 Dejarlo!



El primero y fundamental fue éste:

Volvíamos con mis chicos pequeños de un viaje a DisneyLand e hicimos lo que nos recomendaron en la Agencia de Viajes, dejar la vuelta de tren abierta por posibles retrasos del avión. Pero ese día llegó a su hora. Así que fuimos a la estación y allí nos avisaron de que ni para el próximo tren, ni para el siguiente había plazas, Y que si queríamos coger el tercero, sólo las había disponibles en el vagón de fumadores.


Decidimos que lo fundamental era llegar cuanto antes a casa y no estar por ahí hasta las tantas de la madrugada. Así que lo cogimos.

¿Habéis viajado alguna vez en un vagón de fumadores? .

Ooooh!!! Diossss míooooo!!!!

Como el tren venía desde no sé dónde el vagón olía a Pub a las 10 de la mañana. A esa hora en la que la señora de la limpieza deja la puerta abierta y la persiana enrejada abajo mientras destruye todas las pruebas de desenfreno de la noche anterior.

Seguro que habéis pasado delante de alguno y la bofetada a vicio casi os ha hecho potar.

Pues además, literal, porque una señora que viajaba con su marido en las mismas condiciones que nosotros, es decir obligada por las circunstancias a ir en "fumadores", se había indispuesto de tal manera que había vomitado por allí consiguiendo que el ambientillo fuera desagradable a más no poder, sobre todo si entrabas desde la calle a ocupar tu sitio.


Psicológicamente, el trayecto fue muy duro para mí.

Miraba a mis peques, miraba a la señora, miraba al resto de viajeros que no paraban de fumar y fumar y me sentí la peor madre del mundo. ¿Pero es que nadie les ha dicho a éstos que viajar en fumadores no es una maratón de a ver quién fuma más? 

En las varias horas que duró el viaje sólo me encendí un cigarrillo (recordad que era una super-fumadora) y lo tuve que apagar a medias del mal moral que me entró.


Pocos días después de llegar a nuestro destino, es decir al nido, sucedió el segundo:

Doce y pico de la noche. La pata que suscribe ya en pijama.

Sobre la mesa un paquete con 6 cigarrillos rubios. “¿Seis? ¿Sólo seis? ¿Y si no me llegan?.”



- “Pollito, porfa..¿vas a comprarme tabaco que me queda poco y yo ya estoy en pijama? (esto dicho con una cara de ángel de alucinar).

- “Pero si aún te quedan, seis. Tienes bastantes hasta mañana”.

-“ Que no… y ¿si no me llegan?... venga… hazme el favor que estoy en pijama” (aquí la cara era más de pata histérica)

-“Que no seas pesada que tienes suficientes”

-“Que noooooo, que no me llegan, que seguro que nooooo…. Veeeee … ¿no ves que estoy en pijama? (aquí ya con cara de vas o vas)

Las frases que intercambiamos a continuación mejor me las guardo para mis memorias, pero la conversación acabó con esta escena:

 Acalorada, nerviosa e indignada (sí, todo eso) me puse el abrigo sobre el pijama y en zapatillas, salí veloz en busca de un bar abierto.



Encontré uno con la persiana casi cerrada y me arrastré literalmente, barriendo el suelo con el pelo, hasta asomar la cabeza por debajo para suplicar que me vendieran un paquete de Fortuna.

Al día siguiente tenía sobre la mesa el paquete entero y 3 cigarrillos más.

(Dios mío!!, la que había liado la noche anterior. Era un adicta total incluso sin reconocer que “casi” fumaba en ayunas. )



Ese día me dio por pensar.

Me acordé del tren, del nauseabundo olor del vagón, de la cara de asco de mis hijos, de mis nervios, del paquete con 6 cigarrillos, de la persiana del bar…. y al salir del trabajo le pregunté a Manuel (portero de la finca y amigo mío):

- “Manuel, ¿tú has dejado de fumar, no? ¿Cómo lo hiciste?.

A lo que Manuel mirándome fijamente respondió:

- “¿Yo?..... con un par de cojones, hija mía. Y me consta que tú los tienes más grandes que yo”.

Así que me marché a casa con la cabeza dando vueltas como una centrifugadora, mientras me fumaba el que espero fuera el último cigarrillo de mi vida.


DIARIO DE UNA PATA-CABRA: VIAJE A GALICIA ( Y PARTE III)



Y por fin, la tercera y última entrega de mi viaje  por tierras gallegas. 

¿Vamos?


Día 4
El cuarto día, lo reservamos para recorrer las Rías Baixas, territorio de nuestros anfitriones.

Por la mañana, con Damián y Eloy, hijos de Pato-Lou, hicimos un recorrido por Villargarcía,  y visitamos Carril, justo cuando regresaban los mariscadores con sus redes llenas de almejas, impregnado el ambiente de olor a mar.

Carril desde la playa de Villagarcía

Mariscadores con su botín


Fuimos a Catoira, que estaba en plena preparación de la fiesta de los Vikingos y como nos contaron que es costumbre lanzar una piedra a la torre para hacer sonar la campana, allí estuvimos dándole un buen rato hasta que lo conseguimos.


El barco vikingo preparado para la fiesta


Eloy, pollito, la heredera y Damián.  Detrás la torre de Catoira

 
Después nos desplazamos a Padrón, ciudad natal de Camilo José Cela y de Rosalía de Castro

Llegamos algo tarde pero aún nos dio tiempo a visitar el museo de esta última. (Una curiosidad, su estación de tren está pintada de rosa).

Casa-museo de Rosalía de Castro en Padrón

 Interior del museo.  Sentados a la mesa

Volvimos a casa en donde la Condesa Marichita nos sirvió una comida, digna de reyes y como tales nos sentimos.        (Muchas graciaass).

Y por la tarde,  esta vez con Lou y su pata-señora, subimos al Mirador de Lobeira, desde donde se veía toda la Ría de Arousa y sus bateas de mejillón y el puente que une Vilanova con la Isla de Arousa.  Lugares que visitamos después.


Desde Lobeira, vista de la Isla de Arousa y su puente

Luego partimos hacia Caldas de Reis (o de la “Reina” ¿verdad prima? Jajaja) que tiene un bonito puente romano justo en la ruta del Camino de Santiago y fuentes termales de agua caliente, algo que para mí resultó asombroso.

Por cierto, una anécdota:

me estaba remojando los pies en una de ellas (no veáis lo que quemaba y lo que me costó conseguir dejarlos dentro) y una chica que se acercó a coger agua, me dijo con cara divertida:

- ¿Sabes qué dicen por aquí? Que quien mete los pies en la fuente de Caldas, se casa en Caldas”   ... Así quee.. !!!

y se marchó riendo.


Remojando los pies en la fuente de Caldas

Luego segurimos la ruta, Cambados, La Toja, Noia, Isla de la Lanzada , O Grove, Sanxenxo y alguna otra aldea que seguro me dejo por ahí.

La playa de la lanzada


Iglesia de conchas de la Isla de A Toxa

Aprovechamos hasta el final, y por eso ya anocheciendo aún nos dio para cruzar el puente y ver la Isla de Arousa desde su mirador. Una isla preciosa y un paisaje para soñar.


En la isla de Arousa. ¿no es una maravilla?

Día 5

Bueno y como todos se acaba y lo bueno antes, emprendimos viaje de vuelta hacia Aragalia del Este, la Tierra Baja.
Como no podíamos desperdiciar la ocasión, por el camino  paramos en León.

Comimos, callejeamos, saboreamos el ambiente, olfateamos su mercadillo de la plaza Mayor y nos deslumbramos con su soberbia Catedral.

La catedral de León al fondo


Detalle de la Catedral de León

Ya por la tarde nos desviamos a Burgos, donde seguía el incesante deambular de los peregrinos que llegaba a esas horas agotados y sofocados en busca de los albergues.


Concha del peregrino, marcando el Camino de Santiago

Casi sin esperarlo tropezamos con la Catedral por su parte trasera. Debo decir que se nos puso de repente a la altura de la mano.
La Catedral de Burgos

Así como la de León me parecio altiva, segura de sí, ocupando su lugar de honor en el centro de la plaza, la de Burgos encajonada, arropada por la propia ciudad, me resulto soberbia, solemne, majestuosa pero humilde a la vez.

Detalle de la fachada


Sandra y unos amigos que hizo en Burgos


Ya agotados, no paramos hasta casa porque teníamos sólo un día para recuperarnos y salir de nuevo hacia el sur de Francia a visitar a la familia.

Por fin, aquí termina la crónica del viaje que nos ha llevado de un extremo al otro del Reino de Aragalia

Pretendía que fuera breve, pero al final he tenido que dividirla en tres entregas y aún así me hubiera gustado deciros más cosas y poner más fotos.
Si tuviera que resumir esta experiencia, lo haría así:

Ha sido un viaje con olor a menta y a mar.  Una visión de colores variados que va del azul marino del océano, al gris de la piedra de Santiago. Unas sensaciones que se quedarán para siempre en mi recuerdo.

En definitiva, UN VIAJE A TRAVÉS DE LOS SENTIDOS.

Nota
Nuestro agradecimiento a Pato Lou y familia por habernos regalado este viaje inolvidable. :)


DIARIO DE UNA PATA-CABRA: VIAJE A GALICIA (PARTE II)


Aquí va la segunda entrega de mi viaje a Galicia.

Ya os comenté lo difícil que me resulta resumir.  Es que es tanto lo que vi y sentí!!!!. 

  ¿Preparados?

Día 3
El 22, fuimos a un Santiago de Compostela que estaba lleno hasta la bandera por ser año Xacobeo y por la proximidad del día del patrón.


Había también mucha policía ya que el 25 esperaban la visita de los Reyes.

Para nuestra sorpresa no nos llovió, ni ese día ni ninguno de los que anduvimos por las tierras gallegas. Y eso,  que me habían dicho que Santiago hay que verlo mojado… que tiene otro color.... (supongo que gris oscuro, porque a pesar del sol de ese día me pareció que era gris clarito).


Sea como fuere, Santiago te transporta a otra época.

Los peregrinos van llegando sin parar por cada calle, a pie, en bici, en grupo, en solitario.... Unos con el palo y poco más y otros cargados con enormes mochilas.



Me encantó el ambientillo!!

Entramos a la Catedral por la puerta de La Platería y estuvimos más de media hora viendo el interior.

Una especie de monjes indicaban educadamente a turistas, peregrinos y creyentes que se agruparan en los laterales.

Estuvimos haciendo tiempo para que que dieran las 12 h  y se celebrara la Misa del Peregrino.



Es que Lou nos había advertido que en esa Misa  ponen el Botafumeiro en movimiento y que resulta impresionante verlo en acción.


Asistimos a los ensayos de los cánticos, oímos la lista de peregrinos que habían conseguido la Compostela y desde qué tramo.  Vimos la procesión de curas que asaltó literalmente el altar y hasta asistimos al comienzo de la misa, pero, la verdad, nos aburríamos un poco.

Además pensamos que iba a durar más de una hora que luego teníamos que salir para abrazar al santo y que vuelta a hacer fila.

Y teníamos intención de callejear por la ciudad, comer allí y luego seguir para A Coruña.

Así que, a pesar de que si sales ya no hay vuelta atrás, “nos escapamos” (ante la mirada atónita de los que no habían podido entrar) dirección de la Puerta Santa y nos pusimos a la cola para abrazar al Santo.

Esta foto nos la hicieron unas chicas catalanas que habían hecho el Camino. (Gracias, chicas!)

Sé que algunos pensaréis que deberíamos habernos quedado pero es que con poco tiempo, a veces, hay que elegir.

Por dos minutos no vimos el Botafumeiro en acción.

Estaban dando la comunión cuando nos tocó el turno de pasar por detrás del altar y abrazar al Santo y a pesar de ralentizar el paso, hacernos los despistaos, curiosearlo todo para ganar tiempo, pararnos a rezar ante el ferétro del santo y hacerle ojitos al vigilante…. No pudo ser…

Os pongo un vídeo capturado de Youtube por si queréis verlo en movimiento

 Cagontó!!!  Casi, casi conseguimos hacer doblete. Jajaja

Así que continuamos con nuestros planes, y callejeamos por Santiago, algo que a mí me encanta hacer en las ciudades que visito. 


Es como llevarte, alojadilla en tu alma y para siempre, un poco de la esencia del lugar. 

(Además en mi interior seguía esperando ver aparecer a la Reina Karminis en cualquier esquina)



Saboreamos el ambiente y salivamos frente a escaparates con postres y alimentos típicos.


Así que tras comer en un restaurante llevado  por unos "im-profesionales de la hostelería" salimos hacia la soleada y luminosa A Coruña.

¿Veis las casas acristaladas al fondo?

 Aparcamos bajo la plaza de María Pita.



Plaza de María Pita y el Ayuntamiento de A Coruña

Monumento a Pita

Allí, partiendo de esa plaza emblemática, anduvimos por la ciudad vieja adornada con banderas ya que se celebraba una Fiesta Medieval.


Aquí se ven los puestos y las banderas medievales

Tras el paseo, montamos en el tranvía que según me habían contado es el último tranvía que hubo en mi ciudad (que sí, que por lo que se ve es mañico .. jajaja) y que hacía el recorrido hasta la Plaza de las Canteras en el Barrio de Torrero. 

Os pongo foto de los vagones en los que subimos.





Salvo Pollito (que además de tener vértigo, estába destempladillo ese día) subimos a la Torre de Hércules, el único faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo. 

Agachándome, conseguí que el propio faro ocultara el sol

La pena es que a la hora que llegamos el sol estaba justo donde no debía estar para poder hacer buenas fotografías y mostraros lo alto y majestuoso que resulta de cerca.


Uno de los puntitos de abajo es Pollito¿Está alto, eh?

Así que como no hubo forma de sacarle buen partido desde abajo y  aprovechando la situación, decidí consolarme llevándome a casa su propia sombra. 

Vistas desde el faro

Las vistas desde arriba, eran impresionantes!!!. Esa luz de A Coruña que me pareció maravillosa y el océano con ese color azul que me enamoró de Galicia.

Ainss...qué mágica es esa luz ¿verdad?

Ya era tarde, pero antes de volver "al nido de Lou" seguimos viendo la ciudad, su castillo, las casas acristaladas del paseo marítimo, su puerto y......  nos comimos un helado que nos supo delicioso. (Hummmmm!!!)


Una bonita fuente al lado del puerto

Bueno...... yaaa...  hasta aquí la segunda entrega de este viaje a Aragalia Occidental (Galicia). 

¿A qué habéis llegado a las mismas conclusiones que yo?

1.-  Santiago es de color gris
2.- A Coruña es de color azul y blanco.
3.- Parece que estoy buscando príncipe azul para mi heredera.

Pues NO a la tercera conclusión, lo mío sólo es AMOR DE MADRE (con mayúsculas, claro... )  jajaja

Y si os han quedado ganas de más (que no sé yo....!!!) ... os espero en la siguiente entrega.