Dos Patas para Un Pato

Bienvenidos

Somos 3 patos, mejor dicho dos patas y un pato, unidos por Internet y el amor al Arte y se nos ha ocurrido crear este blog para que cada uno escriba sobre lo que le apetezca. A ver qué sale!!!!

Gripe A - Un documental de Julián Alterini



Me lo han envíado por correo. Dura unos 9 minutos, pero es muy interesante.


Seguro, que cuanto menos, os hará pensar!!!

DIARIO DE UNA PATA: El Miedo


 Rinngg!!! Las 0.45 h. Suena el teléfono. “¿Quién será a estas horas?”

- ¿Síiiii? .- ¿Qué pasa, mamá?- ¿Le duele mucho? ¿Desde ayer por la tarde? ¿Y como no habéis ido al médico antes?- Ahh… que no quiere…….La voz de la mujer al otro lado, baja de intensidad:
- Es que está llorando. Yo creo que es que le duele mucho.
Preocupado, el hijo, termina de despertarse:
- Ahora cogemos el coche y le llevamos a Urgencias.
- Dile que vamos…. que se vista.
- Insiste…… dile que vamos los dos para allá.


Sabemos que cuando estoy yo, Amador hace más caso. Supongo que esa especie de respeto tiene que ver con nuestros comienzos, hace ya 27 años.

Llegamos a recogerlos, atravesando una ciudad en obras, intermitentes e incómodas. Afortunadamente el que sea un jueves de agosto nos facilita las cosas.

Me recibe Pilar a medio vestir y me pide que pase al cuarto. Digo que mejor espero, que el enfermo está todavía en ropa interior.

A él, normalmente un hombre poco cariñoso y algo estirado, hoy le da lo mismo, a pesar de su edad, de su carácter gallego cerrado y su mentalidad, claramente marcada por su pertenencia a la Guardia Civil en “tiempos duros”.

Curiosamente, es la segunda vez que le resulta indiferente que le vea así. La primera vez hace unos 12 años en Urgencias, cuando fue atropellado por un vehículo.

Paso y les ayudo a vestirse. Por fin, tras luchar con la sordera de ambos, la mala cabeza de ella y la lentitud propia de su edad, salimos hacia el Hospital. El hijo, que se había quedado en el coche, aparece en el patio, preocupado por nuestra tardanza.

Mientras vamos a Urgencias, Amador nos dice que lleva más de 24 horas con dolor en el costado, que está desganado, sin pudor no relata que no puede ir al baño desde hace 2 días y que él es muy regular para esas cosas...

Pero lo que lo que más le preocupa es que hace dos meses su vecino Pablo tuvo también un dolor en el costado, fue al médico..... y ya no volvió.

Llegamos al Hospital donde amablemente nos atienden. Le hacen todo tipo de pruebas.

Mientras esperamos los resultados, él, con ese acento gallego que su estancia en Aragón desde hace más de 40 años no ha borrado, no para de preguntar:

- ¿No tendré que quedarme, verdad?

Primero a su mujer, luego a su hijo, por último a mí. Todos coincidimos al decirle que seguro que no, que no se preocupe.

- Es que “el Miguel” (mira, algo se le ha pegado de aquí) vino a Urgencias, le hicieron pasar la noche y ya no salió- añade.


Por fin, pasadas las 4 de la madrugada nos informan que podemos irnos a casa. Que salvo “alguna cosilla” sin importancia, no han detectado nada raro. Que se tome un Nolotil si persiste el dolor.

(Me doy cuenta entonces que desde que hemos llegado no se ha quejado ni una sola vez).

Por el camino, bromeo y les digo que otro día mejor salimos de marcha en viernes, que hay más ambiente y no tenemos que madrugar al día siguiente.

El ríe feliz, mientras replica mirando a su mujer:
- ¿Ya estás tranquila?
- Yo no quería venir... Yo ya sabía que no era nada….. pero ella no paraba de insistir.
Pilar mira al cielo como pidiendo paciencia y nos da las gracias.

Su hijo respira aliviado y sonríe.

Yo, me alegro de haber ido porque, tanto por carácter como por menor proximidad familiar, era la más fuerte del grupo.

Mientras pienso que en el diagnóstico no han tenido en cuenta un síntoma muy importante:
el miedo.
Ese miedo que tenemos “a no volver” o “a no salir”.

Ese miedo que a todos, absolutamente a todos, nos hace tan vulnerables.

Ese miedo que se alimenta del tiempo y que engorda morbídamente conforme vamos cumpliendo años y es que Amador cumplirá 90 el próximo 1 de septiembre.