Esta noticia publicada en el diario ADN de hoy ha llamado mi atención hasta el punto que he decidido traerla al estanque para hacerme eco de ella.
Aprovechándose del vacío legal que permite que los habitantes de las provincias de Nador y Tetuán puedan pasar a Melilla o Ceuta y volver a cruzar con equipaje de mano (no se especifica tope de volumen ni de peso) miles de personas (30.000 al día en Melilla y 10.000 en Ceuta) cruzan los pasos fronterizos con enormes bultos.
Noticia del diario ADN
En su mayoría son mujeres y llegan a soportar hasta 80 kg de peso, (incluidas neveras) atados a la espalda mediante correas.
Su finalidad es traer y llevar mercancía de un lado a otro de la frontera para mafias industriales y ahorrarse los aranceles reglamentarios.
Por entre 0,50 ó 0,90 céntimos, precio del “peaje” que pagan a los aduaneros marroquíes pueden transportar material de todo tipo, incluido neveras. Si son rápidos pueden hacer dos viajes.
Su sueldo está entre 3 y 5 euros el viaje. Una auténtica miseria, si lo comparamos con los aproximadamente 1.500 millones de euros que genera al año este negocio.
Tras el nombre de “comercio atípico” estamos asistiendo impasibles a una variante de la esclavitud que no ha pasado desapercibida para el fotógrafo Jordi Camí, que es el autor del reportaje de ADN.
Aquí la dejo, para que se vea bien, a ver si a alguien le remuerde la conciencia y pone una solución.