Las Aventuras del detective Hugh Grant-pato

Demasiada humedad y frío por éstos lugares, ¿quién me mandaría a mí alejarme del sur y venir al Reino de Aragalia?, ¡¡Encima vine al noroeste, a la región de la Gallaecia!!, todo son nieblas, lluvia, frío......protestaba el gran detective Hugh Grant-pato mientras se dirigía a buscar a su ayudante.

¡Además con una ayudante nueva!, la otra no quiso dejar el estanque caliente del sur, continuaba protestando Grant-pato, ¡que modo de protestar!..... ¡¡ni que fuera gallego!!.....o maño, pero no; era cartagenero y moreno (bueno......moreno en verano, en invierno paliducho como todo el mundo).

Encendió la radio de su vehículo coincidiéndole con el parte meteorológico, lo que faltaba, gruñó mientras la radio decía, "previsto para mañana: si no hay nubes hará sol, y si llueve caerá agua". ¡Lo que faltabaaa! volvió a gruñir más fuerte todavía (si es que el parte tenía mucho de meteoro y mucho de lógico).

De pronto, a la entrada de la aldea detuvo el coche y se apresuró a abrir la puerta del copiloto, buenas tardes Karmenoca, es todo un lujo tener como acompañante a la mismísima Reina de Aragalia-Oeste, ella le respondió con su característica sonrisa, buenas tardes Grant-pato, ¿te diste cuenta que es el día de fin de año?.

Por supuesto que sí, contestó Grant-pato, y tras encontrar algo que tengo pendiente te reservo una sorpresa.

¿Encontrar qué?, preguntó curiosa Karmenoca, tú déjame a mí, insistió Grant-pato, conviene que haga las oportunas averiguaciones antes de que sea de noche, además éstas “corredoiras” de aldea son estrechas y retorcidas como un laberinto. En eso tienes razón , asintió Karmenoca, y si encima no se conocen es peor todavía.

Karmenoca quedó pensativa, ¿qué tenía que encontrar Grant-pato?, ¿unas joyas robadas?, ¿tal vez algún vehículo?, o...¿alguna persona desaparecida?, no sabía con exactitud pero debía de ser algo muy importante por las vueltas que comenzó a dar.

Descendió del vehículo e interrogó a dos personas de una vivienda próxima, por la forma de gesticular debían de estar colaborando con el caso, luego continuó dando vueltas con el coche.

Grant-pato, dijo Karmenoca, ¿te das cuenta de que estás dando vueltas en círculo?, ya pasamos dos veces por éste mismo sitio.

Tú déjame a mí, respondió casi malhumorado, tengo que hacer algún interrogatorio más para encontrarla........... ¿encontrar qué?, le interrumpió Karmenoca, ¿qué es lo que buscas?, busco una pista, le contestó éste con parsimonia, ¿una pista?, muy importante debe de ser el caso en el que estás trabajando.

Tú espera aquí que ya me encargo yo, dijo Gran-pato. Descendió nuevamente del vehículo e interrogó a los moradores de otra vivienda, para luego volver al vehículo tomando un rumbo distinto, ya está anocheciendo y pronto no se verá nada, murmuró.

Pronto llegaron a un cruce que desembocaba en una carreterilla algo más ancha, Gran-pato giró a la izquierda y lleno de euforia exclamó ¡¡¡por fiiiiin!!!, ¡¡la encontréee!!..........¿qué encontraste? preguntó asombrada Karmenoca.........¡¡la pistaaaaaaaaaaa!!............perooo ¿qué pista? dijo Karmenoca que no salía de su asombro...........¡la pista!, la carreterrilla que nos llevará a la otra aldea para cenar en casa de mi hermana, a la que prometí ….......jolíiin, ya acabo de desvelar la sorpresa que te tenía preparada.

¡Buscaba una pista!, ¡buscaba una pista! se repetía Karmenoca llevándose las manos a la cabeza, luego soltó una sonora carcajada mientras pensaba......el próximo año como vuelva por aquí lo envío directamente al psiquiatra.