PATO-REPORTAJE: Visita al Teatro Principal de Zaragoza

El pasado miércoles 6 de diciembre, junto con mis compañeras de la ASPA, tuve la suerte de asistir a una interesante visita guiada al Teatro Principal de Zaragoza.

Foto de la fachada principal (Internet)

A mí el teatro me apasiona desde cría y siempre que se me ha brindado la ocasión he ido a ver todo tipo de obra o representación teatral.

Foto de recuerdo. En el escenario.

Así que la idea de poder verlo por dentro me resultó de lo más seductora.

Con el aforo lleno. (Internet)

Y a la hora indicada allí estaba yo dispuesta a no perderme ni un solo detalle.

Vista del Hall de entrada.

Planta superior desde que se tiene una completa visión del Hall de entrada

Dos amables y simpáticos trabajadores del Teatro, una pena lo mala que soy para recordar nombres, nos hicieron de guías y comenzaron la visita contándonos su historia.


Información que ampliada os facilito a continuación.

Comienzo de la visita

En el siglo XVI, comienzan a proliferar en las principales ciudades españolas teatros permanentes y en Zaragoza se construye El Corral de Comedias del Coso, administrado por el Hospital Nuestra Señora de Gracia y que se situaba en el actual emplazamiento del Banco de España. Tras numerosas reformas, el viejo edificio fue sustituido en 1771 por el nuevo Coliseo de Comedias.

Vista desde el escenario al patio de butacas

Pero en 1778, durante la representación de La Real Jura de Artaxerjes por una Compañía de cómicos italianos en gira por España, se produjo un incendio que destruyó el edificio y dejó 77 víctimas mortales. Motivo por el que, a partir de entonces, la autoridades prohibieron cualquier exhibición escénica

Foto del escenario que tomé desde el patio de butacas

Pero la afición teatral en la ciudad era importante y en 1779 y por presión popular se construyó por el arquitecto zaragozano Agustín Sanz, el Teatro Nuevo, hoy Teatro Principal.

Como se hizo con carácter provisional, estaba situado entre edificios y se accedía a la planta baja de la sala,a través de un pasillo alargado y estrecho situado en el Coso y a las plantas superiores a través de unas escaleras situadas en la parte posterior que da a la plaza José Sinués.

Fachada Neoclásica. Plaza José Sinués.

A partir de allí son múltiples las reformas sufridas por el teatro hasta nuestros días en las que destacan las de los siguientes arquitectos aragoneses: 

• Reforma de 1858 de José de Yarza.
• Reforma de 1870 de Ricardo Magdalena
• Reforma de 1940 por Regino Borobio.

La realizada por Ricardo Magdalena, quien se inspiró en la Scala de Milán, es la más importante ya que se recrea una nueva fachada y se lleva a cabo una nueva decoración interior de la sala, destacando la embocadura del escenario y el magnífico telón de boca pintado por Marcelino de Unceta.

Foto que tomé desde lo más alto del gallinero. Se puede apreciar el Telón de Unceta presidiendo el escenario.

El telón, que aún puede admirarse al comienzo de cada representación, representa el Templo de la Fama en cuyo centro aparece la inmortalidad, flanqueada por la Tragedia y la Comedia. En los grupos laterales, Unceta retrató a los más importantes autores y actores del teatro español.

Escenario:  tramoyas y bambalinas.  ¿Hacemos mutis por el foro? 

La última de las reformas que es la que le da al teatro su aspecto actual fue realizada en 1987 por el arquitecto Zaragozano José Luis Pérez La torre (quien es el padre del actual Museo de Arte Contemporáneo Pablo Serrano y que os mostraré en otra ocasión). 

En ella se configura un nuevo sistema de distribución interior y se dota al teatro de una gran infraestructura técnica. Las escaleras de emergencia se integran perfectamente con el ambiente y pasan desapercibidas.

Pinta los pasillos en dos tonos, rojizo y gris plomo, simbolizando y delimitando lo que era el teatro inicial con la zona añadida posteriormente conforme se iban quitando edificios de alrededor.

Pasillos (se aprecia los distintos colores de las paredes)

Se remodela y peatonaliza la parte posterior del Teatro en la Plaza José Sinués. Se restauran las pinturas de los techos, obras de los artistas aragoneses Joaquín Pallarés, Dionisio Lasuén, Emilio Fortún, Angel Gracia y Mariano Oliver, además su suntuoso hall presidido por un mural abstracto de Manuel Broto y que según nos contaron representa a la ciudad.

Vista parcial de las pinturas y la decoración del techo

Vista del Hall. Al fondo el mural abstracto de Broto

El piso de la planta calle y presidiendo los camerinos principales, totalmente modernos y remodelados, se cierra al patio con un gran mural, Alegoría del pintor Jorge Gay, en el que se entremezcla realidad y ficción a través de los personajes representados. 

Aparecen dos niños que son el sobrino del pintor y el hijo del arquitecto José Luis Pérez Latorre, quien, algo que está sin confirmar por el autor, da la sensación de ser el personaje que con gabardina y sombrero observa la panorámica. La pista nos la da, no sólo el atuendo habitual en él , también la libreta con anotaciones que sujeta a la espalda.

Fragmento del mural de Jorge Gay

Este mural está coronado por columnas que sustentan cuatro grandes esculturas de Francisco Rallo, realizadas entre 1969 y 1971. En total son nueve las musas. Cuatro nos observan desde la fachada principal y otra nos recibe tímidamente al entrar por una de las puertas traseras del teatro.

Esculturas de Francisco Rallo

Estas musas se encargaron con intención de ponerlas en la fachada neoclásica de la plaza José Sinués ya que se pensó que ésta, por su vistosidad, podría pasar a ser la fachada principal del teatro. Pero la estrechez del acceso al teatro por esa parte y el desperdicio de uso que supondría el suntuoso Hall de entrada actual, hicieron desechar la idea.

Esto es todo, y espero que no se os haya hecho pesado y que en este paseo hayáis disfrutado tanto como lo hice yo.

Nota: Fotos A.Abós.  Salvo las dos indicadas que las he sacado de internet.