Exposición en Madrid: La sombra

¿Quién no ha oído eso de "tener mala sombra", "ser sombrío", "actuar en la sombra"....? ¿ Quién no se ha asustado alguna vez de su propia sombra?

La sombra siempre ha tenido una connotación siniestra pero, a pesar de ello y emulando a Peter Pan, el Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid la han dejado libre por Madrid para que asista a la inauguración de una exposición temática, el próximo día 10 de febrero.

Quizás sólo hayan rescatado el carácter protagonista de la sombra en el arte ya que existe una leyenda prácticamente olvidada que cuenta que ella es el origen del dibujo.

Según ésta, hace muchos años en la ciudad griega de Corinto, una joven al tener que separarse de su amado y en un intento de retenerlo, dibujó el perfil que proyectaba su sombra en un muro.

Arriba a la izquierda. La invención del arte del dibujo del pintor belga J.B.Suvée (1791)

El comisario de la muestra es Victor I.Stoichita, profesor y catedrático de Historia del Arte en Helsinki, quien escribió el tratado "Breve historia de la sombra" en el que intentó reconstruir la trayectoria de ésta en el arte. Afirma que la sombra ha estado presente en la cultura occidental desde el Génesis, cuando Dios separó la luz de las tinieblas.

La muestra hace un recorrido por todos los movimientos artísticos.

En el Renacimiento se recurre a ella para lograr la perspectiva y en el Barroco la usan los pintores tenebristas en el claroscuro.

En el Romanticismo se usa como un doble amenazador, tanto en la literatura como en la pintura. Matiz recogido y desarrollado en el Expresionismo y el Surrealismo.

Retrato del Dr. Haustein (1928) de Christian Sachd sobre el que planea la silueta de su amante. Se creía que ejercía sobre él una influencia maligna.

También es usado en el período Simbolista por Édouard Vuillart o Félix Vallotton. Y en el Impresionista donde se convierte en sujeto de investigación plástica de la mano de Monet, Pisarro, Sisley, Sorolla o Rusiñol.

La muestra da cabida también al Cubismo e incluso a la Abstracción donde la sombra fue prácticamente olvidada.

Chirico la rescató para sus paisajes espectrales y Dalí o Magritte quedaron fascinados por el carácter onírico de la sombra.

Edward Hopper le dio un matiz meláncolico y Warhol o Lichtenstein una estética publicitaria.

En la exposición hay un hueco para la fotografía a través de Man Ray o Fancesc Català-Roca y para el cine, ya que no olvida al Nosferatu de Murnau o a directores como Quentin Tarantino que usa el recurso de las sombras en Kill Bill (2003) o Woddy Allen quien le confiere un carácter cómico, como doble de sí mismo.

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Fuente: Revista El Dominical - E.Sánchez Nagore